
Cuando me preguntas que me pasa me dan ganas de mirarte a los ojos y soltar todo lo que siento, todo lo que soy y todo lo que necesitas escuchar, pero al instante me arrepiento y sigo callado diciendo que no me pasa nada. Y es que tu no sabes nada, nada de mi vida, nada de mi amor, nada de eso que me ahoga y me oprime el corazón cada vez que veo tu sonrisa y escucho tu voz cerca de mi oído. Tu no sabes nada de lo que es engañar continuamente al corazón y a los demás, y también a mi mismo. Que sabes tu de tantas tardes y tantas noches pensando en ti, tantas fuerzas gastadas por no acordarme ni pensar en ti, de morir conmigo mismo y resucitar ante los demás como si nada pasara, como si la felicidad fuese parte de mi. Tu no sabes nada. Pero te interesas por saber y yo no te dejo, quiero que sigas sin saber nada de lo que vive en mi a escondidas, agazapado para que nadie pueda verlo y saber de ello. Nadie sabe nada, solo yo y ya es bastante, porque tampoco quisiera saberlo, lo único que quisiera es arrancarlo de mi y alejarlo para vivir tranquilo y entonces poder contarte todo. Pero ahora solo puedo seguir callado y tu seguir sin saber nada. Nada de lo que siento y me amarga por no poder contarlo y por no poder hacerlo realidad. Por eso es difícil de entender a veces mi manera de actuar, mi manera de vivir junto a ti, y no es que sea un tipo raro, que podría ser, o que esté loco, lo que pasa es que TU NO SABES NADA.