domingo, 16 de octubre de 2022

Soñemos

Hoy te he vuelto a sorprender mirándome. Tal vez tus ojos me estaban llamando y por eso nuestras miradas se han cruzado, cómo ocurre muchas veces. Y al hacerlo me has sonreído llenando mi corazón de una irresistible alegría y de un gozo especial. Nunca dejas de mirarme, al igual que yo a ti. Ambos sabemos la importancia de esas miradas, pero hacemos como que no pasa nada, como algo surgido de la casualidad, pero ambos sabemos que no es así, que nuestros ojos se atraen, nos entendemos sin saber y sin decir lo que nos pasa. Pero no podemos dar un paso más, no debemos atravesar esa barrera que tanto nos separa y que desearíamos derrumbar con un bola de destrucción. ¿Qué pasaría si nos atrevieramos a dejarnos llevar y a disfrutar de lo que nuestros ojos nos piden? ¿Seríamos más felices? Quizás romperíamos ese hechizo que nos mantiene enganchados, o huiriamos los dos solos para vivir felices juntos... Nunca lo sabremos, pero yo seguiré soñandolo y viviéndolo en mi realidad paralela y ficticia que florece cuando las luces del dormitorio se apagan. 

domingo, 2 de octubre de 2022

Roces

Todos sabemos lo que nos hace bien, cuál es el camino correcto que hemos de seguir y de dónde nos debemos alejar. La gran mayoría de las cosas que hago son con la finalidad de poder estar a tu lado, de llamar tú atención hacia mí, de hacerte sentir mejor. Por tus actos, a veces, creo que tú haces lo mismo conmigo, pero no logro llegar a diferenciar ilusión de realidad. 
Con todo el ruido que inunda nuestro alrededor solamente escucho tú voz, al igual que la gente que nos rodea, cuando estamos hablando no existe nadie, sólo estamos tú y yo, sin nadie más alrededor. El mundo se detiene, no importa nada, sólo tú y yo.
Mi corazón salta con cada roce de tu mano, no sé si intencionado o por casualidad, al igual que con tus sonrisas y miradas. 
Y yo voy como un mosquito directo a la luz de una llama que arde hacia tí, no puedo frenar, todo gira entorno a estar cerca de esa llama que me atrae y me mata. Pero tú haces lo mismo, me buscas, me llamas, me acechas. Nuestros corazones se rozan y laten con la misma facilidad con la que tú me sonríes.

La Duda

       A veces, aparentemente, nos complicamos la existencia y la vida sin tener un porqué, cortando de un plumazo la tranquilidad y la ruti...