lunes, 8 de abril de 2024

La Duda

     A veces, aparentemente, nos complicamos la existencia y la vida sin tener un porqué, cortando de un plumazo la tranquilidad y la rutina que nos rodea, pero somos inconformistas perpetuos, luchadores de las causas difíciles y  muchas veces imposibles. Pero... ¿qué sería de nosotros o de nuestra vida si no tuviéramos inquietudes, si nos conformáramos con el estancamiento, si no pensáramos más allá? A veces seríamos mucho más felices viviendo con lo que tenemos, pero la mayoría no dejamos que es tranquilidad se apodere de nosotros. 

    Los fantasmas siempre están acechando y susurrando para que seamos amigos suyos, para que vayamos hacia el lado oscuro, aunque... ¿es el lado oscuro o el lado en el que desearíamos estar? Esa es la clave de todo, la duda, la gran DUDA que nos hace replantearnos tantas cosas en la vida. Dudar es bueno porque te hace de afianzar con lo que ya cuentas o te hace de saltar por los aires para intentar conseguir aquello que los fantasmas nos susurran. Y, ¿cuál es la decisión correcta? si luchas por ella, es porque tal vez sea la correcta, aunque a veces nos arrepintamos de haberlo intentado y de no habernos quedado como estábamos, pero entonces no seríamos humanos, no seríamos viscerales y pasionales, seríamos insensibles a esa capacidad que poseemos de sentir tantas cosas y querer luchar por ellas. Dudemos para crecer, para conseguir lo que anhelamos, lo que nuestra mente o corazón quieren, pero ¿hemos de hacerlo siempre con la razón por delante? Otra vez la Duda, siempre presente, a nuestro lado, como los fantasmas, con nombre propio.

 

 " ... Que se la lleven, que la saquen de mi vida... 

 Que la destruyan,

 Que no quiero ni mirarla,

 Que no quiero tropezarme,

Que la saquen de mi vida de una vez por todas"

 


jueves, 14 de septiembre de 2023

Cita anual

 Como cada año ahí estábamos todos dispuestos a divertirnos, a estar juntos, a disfrutar de la cita anual que tanto ansiamos año a año, aunque ya no es como antes, ahora es distinto, la edad y el paso del tiempo nos hacen de disfrutar estas fiestas de otra manera a cuando éramos jóvenes. Sin embargo, ahí estamos disfrutando de la vida y de esos momentos. Tú te dejaste ver poco, por lo que te echamos de menos, yo sobre todo, me hacías falta, mi mente no dejaba de pensar en ti, en cómo otros años nos pasábamos los días juntos, no es lo mismo sin ti. Pero estuviste, aunque poco, estuviste, y nos disfrutamos, no nos separamos en ningún momento, y si eso sucedía nos buscábamos con la mirada, nos decíamos quiero estar ahí a tú lado, y en breve estábamos juntos, porque todo lo demás es secundario. Estábamos rodeados de gente y música pero no oíamos nada ni a nadie, estábamos tú y yo, era nuestro momento, hablando tan cerca que sentía tú aliento y el roce de tus labios en algún momento, y mi corazón se hacía cada vez más grande. A veces no entiendo tu cercanía, esa forma de mirarme y de tocarme, esa dulcera al hablarme, ese misterio entre nosotros que cada día se hace más grande y que no se cómo soportar. 

En un momento nos quedamos solos y sentí miedo, me pudo la situación y te dije vámonos con los demás. Al poco tiempo abandoné el barco y me fui a casa. No sé si me arrepiento o no, porque no sé cómo habría terminado la noche. Tal vez te hubiera acompañado a casa y hubiéramos hablado, quizá de más, ya que el alcohol a veces nos desinhibe y saca lo que no nos atrevemos a sacar en condiciones normales. Nos hubiéramos acercado, mirado, rozado, y quien sabe..., pero eso nunca lo sabremos porque el miedo o el temor a lo desconocido se apoderaron de mí y dejé de ser yo para salir corriendo a meterme entre las sábanas dónde todo es más fácil, dónde el mundo es como uno quiere, dónde no hay miedos ni temores y todo es como queremos que sea. Dónde tú y yo somos los protagonistas de una película romántica, dónde sólo somos tú y yo.

Habrá que esperar a otro año para vivir de nuevo nuestra cita, para volver a sentir tu mirada llamándome, tus manos rozándome y ese halo que nos envuelve y que solo vemos tú y yo. Habrá que esperar a nuestra cita.

sábado, 14 de enero de 2023

Maldita copa

 Con la autoestima por los suelos y el ego soterrado, me encuentro en la barra de un bar con una copa en la mano y rodeado de gente. Gente que charla, se ríe, se entretiene; y yo absorto a todos ellos como si de un mueble más se tratase, no soy capaz de levantar mi ánimo, mi cara es incapaz de maquillar mi estado y las comisuras de mi boca pesan  una tonelada. Un losa atrapa mi pecho, y todo por la maldita autoestima. No consigo enderezar la línea racional de la lógica humana que me haga ver las cosas como son, tampoco pensar en tí me levanta. Tal vez si estuvieras aquí yo no estaría en este estado, estaría en el otro lado, con la sonrisa y el carácter maquillados como un payaso por el simple hecho de estar cerca de tí pero estaría en lo alto, sublime y feliz como siempre que estamos juntos.

Qué difícil es andar por estos lugares tan pantanosos, llenos de espinas, de cieno, brujos y demonios. Hasta la copa me sobra, bebo con desgana porque nada puede hacerme sentir bien. Me animo a mí mismo y me digo que pronto me recuperaré, aunque lleve tiempo, pero conseguiré levantar mi autoestima. Tú podrías conseguirlo mucho más rápido, pero ese atajo está cerrado, la barrera está echada y no tengo la llave que puede abrirla, aunque a veces me haces creer que sí. Aunque pudiera abrirla, tendría momentos como éste, porque la perfección no está a mi alcance y la cercanía está lejos ahora mismo. Malditos complejos que me ahogan como las gotas de lluvia a las pobres hormigas.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Lo sé

Todos se fueron a dormir y nos quedamos solos a tomar una copa tranquilamente. El día había sido largo y todos estábamos cansados, pero la idea de tomarnos una copa solos y charlar un rato tranquilamente me pareció la mejor idea del mundo, de hecho se me ocurrió a mí, te lo propuse y rápido aceptaste sin ningún reparo. Sin ruidos, sin niños, sin prisas ni relojes, sólo tú y yo y dos gin tonic exquisitos, no existía un plan mejor. 
Hablamos de banalidades, de nuestras cosas en común, de los amigos..., de todo un poco, hasta que salió un tema complicado para mí y del que nunca habíamos hablado porque yo nunca lo había comentado con nadie, pero en esos momentos me apeteció compartirlo contigo, eres mi amigo, puedo contarte todo. Es un tema delicado. Tú estabas sentado a mí izquierda, en la punta de la mesa, y en un momento dado pusiste tu mano encima de la mía y mirándome fijamente a los ojos dijiste: sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites. Pero yo no podía articular palabra, me quedé mudo sintiendo el calor de tú mano y me perdí en el mar de tus ojos, hasta que por fin  puse mi otra mano encima de la tuya y con mi más absoluta entrega dije: lo sé. Y nuestras miradas dijeron el resto. 
En aquel momento, hubiera dado lo que fuera por besarte, cualquier cosa. Pero tú rompiste la magia diciendo: vámonos a dormir que es tarde y hay que descansar. Me diste un abrazo y un beso en la mejilla con sinceridad y verdad y dijiste: siempre estaré aquí. Yo secundé ese abrazo, y mi corazón, por unos instantes, pudo estar al lado del tuyo, y volví a decir: LO SÉ.

domingo, 16 de octubre de 2022

Soñemos

Hoy te he vuelto a sorprender mirándome. Tal vez tus ojos me estaban llamando y por eso nuestras miradas se han cruzado, cómo ocurre muchas veces. Y al hacerlo me has sonreído llenando mi corazón de una irresistible alegría y de un gozo especial. Nunca dejas de mirarme, al igual que yo a ti. Ambos sabemos la importancia de esas miradas, pero hacemos como que no pasa nada, como algo surgido de la casualidad, pero ambos sabemos que no es así, que nuestros ojos se atraen, nos entendemos sin saber y sin decir lo que nos pasa. Pero no podemos dar un paso más, no debemos atravesar esa barrera que tanto nos separa y que desearíamos derrumbar con un bola de destrucción. ¿Qué pasaría si nos atrevieramos a dejarnos llevar y a disfrutar de lo que nuestros ojos nos piden? ¿Seríamos más felices? Quizás romperíamos ese hechizo que nos mantiene enganchados, o huiriamos los dos solos para vivir felices juntos... Nunca lo sabremos, pero yo seguiré soñandolo y viviéndolo en mi realidad paralela y ficticia que florece cuando las luces del dormitorio se apagan. 

domingo, 2 de octubre de 2022

Roces

Todos sabemos lo que nos hace bien, cuál es el camino correcto que hemos de seguir y de dónde nos debemos alejar. La gran mayoría de las cosas que hago son con la finalidad de poder estar a tu lado, de llamar tú atención hacia mí, de hacerte sentir mejor. Por tus actos, a veces, creo que tú haces lo mismo conmigo, pero no logro llegar a diferenciar ilusión de realidad. 
Con todo el ruido que inunda nuestro alrededor solamente escucho tú voz, al igual que la gente que nos rodea, cuando estamos hablando no existe nadie, sólo estamos tú y yo, sin nadie más alrededor. El mundo se detiene, no importa nada, sólo tú y yo.
Mi corazón salta con cada roce de tu mano, no sé si intencionado o por casualidad, al igual que con tus sonrisas y miradas. 
Y yo voy como un mosquito directo a la luz de una llama que arde hacia tí, no puedo frenar, todo gira entorno a estar cerca de esa llama que me atrae y me mata. Pero tú haces lo mismo, me buscas, me llamas, me acechas. Nuestros corazones se rozan y laten con la misma facilidad con la que tú me sonríes.

lunes, 8 de agosto de 2022

Otra vez

 Otra vez ha vuelto a suceder. Debería de estar acostumbrado, aunque no siempre es igual, siempre me miras diferente pero a veces con más intensidad o intención, y ayer fue una de esas veces. 

Siempre terminamos estando cerca, ¿Casualidad? ¿Intención? No lo sé, no puedo razonarlo pero siempre es así. El día anterior también estuvimos cerca aunque tú mirada no fue tan clara.

Me encanta cuando hay veces en las que no estamos cerca y estamos en conversaciones distintas o en grupos diferentes, y de repente se cruzan nuestras miradas queriendo decir ven aquí conmigo, estoy pensando en tí, no dejes de mirarme; y en esos instantes, incómodos tal vez pero tan de verdad, en los que se detiene el tiempo y las conversaciones pasan a un segundo plano, y me sonríes porque ambos nos hemos pillado mirándonos y buscándonos, son instantes tan nuestros, tan de nuestro mundo que nadie nunca podrá entender.

Ésta última vez también hubo esos instantes, pero fueron más los cercanos, los de estar al lado, navegando en tus ojos, buceando en tu mirada, empapándome de ese mar  que es tan apaciguador y a la vez tan bravo! 

Tus manos también me hablaron, y tu cuerpo y tus actos.... Todo menos tus labios, esos que gritan en silencio querer unirse con los míos pero que nunca llegan a hacerlo.

La Duda

       A veces, aparentemente, nos complicamos la existencia y la vida sin tener un porqué, cortando de un plumazo la tranquilidad y la ruti...