jueves, 14 de septiembre de 2023

Cita anual

 Como cada año ahí estábamos todos dispuestos a divertirnos, a estar juntos, a disfrutar de la cita anual que tanto ansiamos año a año, aunque ya no es como antes, ahora es distinto, la edad y el paso del tiempo nos hacen de disfrutar estas fiestas de otra manera a cuando éramos jóvenes. Sin embargo, ahí estamos disfrutando de la vida y de esos momentos. Tú te dejaste ver poco, por lo que te echamos de menos, yo sobre todo, me hacías falta, mi mente no dejaba de pensar en ti, en cómo otros años nos pasábamos los días juntos, no es lo mismo sin ti. Pero estuviste, aunque poco, estuviste, y nos disfrutamos, no nos separamos en ningún momento, y si eso sucedía nos buscábamos con la mirada, nos decíamos quiero estar ahí a tú lado, y en breve estábamos juntos, porque todo lo demás es secundario. Estábamos rodeados de gente y música pero no oíamos nada ni a nadie, estábamos tú y yo, era nuestro momento, hablando tan cerca que sentía tú aliento y el roce de tus labios en algún momento, y mi corazón se hacía cada vez más grande. A veces no entiendo tu cercanía, esa forma de mirarme y de tocarme, esa dulcera al hablarme, ese misterio entre nosotros que cada día se hace más grande y que no se cómo soportar. 

En un momento nos quedamos solos y sentí miedo, me pudo la situación y te dije vámonos con los demás. Al poco tiempo abandoné el barco y me fui a casa. No sé si me arrepiento o no, porque no sé cómo habría terminado la noche. Tal vez te hubiera acompañado a casa y hubiéramos hablado, quizá de más, ya que el alcohol a veces nos desinhibe y saca lo que no nos atrevemos a sacar en condiciones normales. Nos hubiéramos acercado, mirado, rozado, y quien sabe..., pero eso nunca lo sabremos porque el miedo o el temor a lo desconocido se apoderaron de mí y dejé de ser yo para salir corriendo a meterme entre las sábanas dónde todo es más fácil, dónde el mundo es como uno quiere, dónde no hay miedos ni temores y todo es como queremos que sea. Dónde tú y yo somos los protagonistas de una película romántica, dónde sólo somos tú y yo.

Habrá que esperar a otro año para vivir de nuevo nuestra cita, para volver a sentir tu mirada llamándome, tus manos rozándome y ese halo que nos envuelve y que solo vemos tú y yo. Habrá que esperar a nuestra cita.

sábado, 14 de enero de 2023

Maldita copa

 Con la autoestima por los suelos y el ego soterrado, me encuentro en la barra de un bar con una copa en la mano y rodeado de gente. Gente que charla, se ríe, se entretiene; y yo absorto a todos ellos como si de un mueble más se tratase, no soy capaz de levantar mi ánimo, mi cara es incapaz de maquillar mi estado y las comisuras de mi boca pesan  una tonelada. Un losa atrapa mi pecho, y todo por la maldita autoestima. No consigo enderezar la línea racional de la lógica humana que me haga ver las cosas como son, tampoco pensar en tí me levanta. Tal vez si estuvieras aquí yo no estaría en este estado, estaría en el otro lado, con la sonrisa y el carácter maquillados como un payaso por el simple hecho de estar cerca de tí pero estaría en lo alto, sublime y feliz como siempre que estamos juntos.

Qué difícil es andar por estos lugares tan pantanosos, llenos de espinas, de cieno, brujos y demonios. Hasta la copa me sobra, bebo con desgana porque nada puede hacerme sentir bien. Me animo a mí mismo y me digo que pronto me recuperaré, aunque lleve tiempo, pero conseguiré levantar mi autoestima. Tú podrías conseguirlo mucho más rápido, pero ese atajo está cerrado, la barrera está echada y no tengo la llave que puede abrirla, aunque a veces me haces creer que sí. Aunque pudiera abrirla, tendría momentos como éste, porque la perfección no está a mi alcance y la cercanía está lejos ahora mismo. Malditos complejos que me ahogan como las gotas de lluvia a las pobres hormigas.

La Duda

       A veces, aparentemente, nos complicamos la existencia y la vida sin tener un porqué, cortando de un plumazo la tranquilidad y la ruti...