martes, 1 de junio de 2010

La botella y mi alma


Me siento delante de la botella, en una habitación donde la claridad parece haber sufrido un ataque de histeria y ha salido corriendo a no se sabe donde. Nada encima de la mesa, solo la botella, y mis emociones que irán saliendo poco a poco según vaya entrando en mi cuerpo el líquido que hará sentirme mejor, porque entonces estaré alegre, porque entonces estaré orgulloso, porque entonces estaré libre y porque entonces seré feliz. Todo eso a cambio de una botella de 12 euros, ¿se puede pedir más por algo tan barato? ¡Qué poco cuesta ahora ser feliz! Si esto lo hubiera descubierto antes... Cuando la mesa empieza a llenarse de sentimientos que hacen olvidar mis recuerdos mi alma empieza a estar medio vacía, al igual que la botella, suelen vaciarse a la par. Pero no se que sensación me hace sentirme mejor, porque una vez que todos los sentimientos están delante de mi, como si de una baraja de cartas se tratase, puedo vivir uno a uno todo lo que ellos me quieren decir, puedo manejarlos a mi antojo, mezclarlos, romperlos, tirarlos... aunque se que cuando la botella esté vacía del todo mi alma también lo estará, pero después, los sentimientos irán uno a uno regresando a su rincón de donde no debieron haber salido a cambio de un precio tan barato pero a la vez tan caro para mi. La única diferencia es que la botella podrá ser llenada otra vez con ese líquido milagroso que me hace olvidarme de todo, pero mi alma seguirá vacía por muchas botellas que yo beba, y la soledad a su vez se agarra más fuerte a mi alma para acompañarlo en una vida que no lo es.

1 comentario:

Vivo con Hades a tiempo parcial dijo...

Tu alma estará un tanto perjudicada porque no podrá caminar sobre una linea recta, pero ¿vacía?. NUNCA

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