Hace unos días leí una bonita frase escrita por el poeta francés Jean de Fontaine que dice: "A veces encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo", sin embargo, haciendo una pequeña reflexión sobre dicha frase: ¿tomamos algún camino en la vida para evitar nuestro destino? ¿Quien quiere evitar su destino? Solamente se podría evitar si conociéramos cual va a ser el final, ese destino que realmente no conocemos y que como tal no podemos evitar; mas bien se trata de una serie de decisiones, tomadas o no a tiempo, acertadas o desacertadas que van configurando una maraña en nuestra vida y que nos hacen de que nos rodeemos de una determinada atmósfera que podríamos llamar destino. Y que éste nunca se detiene, es como una carretera, con curvas y rectas, que dura el tiempo de nuestra vida y que vamos recorriendo poco a poco o a pasos agigantados, eso ya depende de cada uno, que siempre hay más, es como el mar, inmenso, sólo vemos horizonte, nunca la otra orillas, y cruzar es lo peligroso. Después de todo esto vuelvo a decir que no se pueden coger caminos para evitar el destino, porque todo lo que hacemos a diario, tanto si lo consideramos importante como si no, forma parte de nuestro destino, de nuestra vida y de nosotros mismos, que es lo que va dando forma a nuestra persona. Yo no quiero un destino, quiero una vida en donde sea capaz de disfrutar de todo aquello que me rodea, y con eso crearé mi destino.
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